New York Ultimate: febrero 2018

martes, 13 de febrero de 2018

Los indios que elevaron el cielo de Manhattan

Michel Moutot lleva a la ficción el histórico papel de los mohawk como montadores de acero


Construcción de los años sesenta en Nueva York.
Construcción de los años sesenta en Nueva York. 

De la icónica foto de 11 operarios almorzando encima de una viga sobre el cielo de Nueva York solo se sabe a ciencia cierta que fue tomada en 1932 durante la edificación del Rockefeller Center. Quedan asimismo pocas dudas de que la escena nada tenía de espontánea, sino que fue preparada para promocionar el rascacielos, aunque los hombres que aparecen eran auténticos ironworkers, obreros de la construcción especializados en el manejo del hierro. Si la imagen renace de tanto en tanto asociada a una tribu india, los mohawk, pese a que probablemente ninguno de los hombres pertenezca a ella, es porque este pueblo ayudó a levantar todos los puentes de Nueva York, salvo el de Brooklyn —que está edificado principalmente de piedra y cemento— y muchos de los rascacielos que coronan la isla de Manhattan. “Hemos construido América”, suelen decir. Tal ha sido su presencia en los andamios y vigas de la urbe que caló la leyenda de que carecían de vértigo. “Andamos en el cielo con las águilas” es otra de sus frases recurrentes.
El periodista Michel Moutot, corresponsal en Nueva York de la Agence France Presse (AFP) durante el 11-S, descubrió la vinculación histórica de los mohawk con la construcción al entrevistar a uno que había acudido a desescombrar la Zona Cero para ayudar en la búsqueda de supervivientes. Entendió que la historia daba para mucho más que un teletipo y, 14 años después, la convirtió en su primera novela, Las catedrales del cielo, que ahora publica en español Grijalbo.
“Cuando los más viejos de los mohawk vieron por televisión la caída de las Torres Gemelas, dijeron: ‘Llamad a los jóvenes: los necesitan allá, han destruido nuestras torres’. En los primeros días después de los atentados, entre 400 y 500 de ellos se desplazaron allí desde Canadá o el Estado de Nueva York porque tenían un nexo particular con ellas. ‘Son las torres de nuestros padres’, recordaban todo el tiempo”, explica Moutot en una entrevista en Madrid. Varios de los operarios desarrollaron más tarde problemas de salud por la toxicidad del aire que respiraron aquellos días.

Las Torres Gemelas

Las catedrales del cielo empieza el día después de los atentados del 11-S y narra a través de saltos temporales la historia de varias generaciones de los LaLiberté, una familia ficticia de obreros del acero de la reserva de Kahnawake, junto a Montreal. “Nueva York escaló el cielo con el sudor y la sangre de nuestros padres. No hay obra de altura, puente metálico o rascacielos donde no se oigan, en todo lo alto, órdenes, indicaciones o tacos en nuestro idioma”, cuenta en la novela el último de la saga, John. “Todo lo que se describe en el libro es verdad, salvo los personajes”, matiza el autor.
¿Cómo se explica que los descendientes de unos nativos diezmados y expulsados hacia el Oeste se enorgullezcan tanto de construir Estados Unidos? Uno de los motivos es que subirse a un andamio a cientos de metros del suelo o demostrar la valía en combate (suelen inscribirse en las fuerzas especiales del Ejército) conecta a los varones con “el culto de la valentía y de la fuerza” grabado en su cultura desde hace generaciones, explica Moutot. “Al afrontar el vértigo y hacer un trabajo peligroso que poca gente puede hacer, muestran su valentía. Es un valor que les dice algo”, añade.
Con su libro, Moutot ha querido “ir contracorriente de la imagen del indio pobre, que vive de ayudas sociales, alcohólico, depresivo y con tendencias suicidas”. “Los ironworkers mohawk son justo lo contrario: están mucho mejor pagados que la gran mayoría de los estadounidenses”, puntualiza. Cobran hasta 10.000 dólares (unos 8.000 euros) al mes y suelen construirse una vivienda grande y comprarse una camioneta pick up. Cuando trabajan en Nueva York, no pocos viajan durante horas para regresar a la reserva cada fin de semana. Un pasaporte especial, denominado tribal, les permite cruzar la frontera.

LA PISADA DE LAS CABRAS MONTESAS

El primer contacto de los mohawk con el montaje del acero fue en 1886, cuando una compañía ferroviaria levantó un puente sobre el río San Lorenzo, cerca de Montreal (Canadá). Los miembros de la tribu fueron inicialmente contratados para descargar, pero enseguida mostraron su valía para trabajos más arriesgados. “Tienen la pisada segura como cabras montesas”, decía un capataz francés. Dos décadas después, 33 obreros mohawk murieron al derrumbarse el Puente de Québec durante su construcción.

Indemnizados con 5,4 millones 21 grafiteros de Nueva York tras el derribo de un edificio con sus obras

5Pointz cuando estaban tapando los murales.



El mural creado con aerosoles en el complejo conocido como 5Pointz era un verdadero museo al aire libre en constante transformación. Estaba situado no muy lejos del puente que conecta Manhattan con Queens, en Long Island City. Cubría hasta el último centímetro de las fachadas de un viejo almacén abandonado. La obra fue destruida hace cuatro años para en su lugar construir un edificio de apartamentos de lujo. Este lunes, un juez decidió que el dueño de la estructura debe compensar a sus creadores con 6,7 millones de dólares (5,4 millones de euros) por los daños.
Los artistas usaron las paredes del edificio en Jackson Avenue durante dos décadas para expresarse con el espray. Contaban con el consentimiento de Jerry Wolkoff, el dueño de la propiedad. Pero su destrucción alimentó un intenso debate sobre si los grafitis deben ser considerados como un arte que debe ser protegido o si el propietario del edificio tenía plenos derechos sobre la obra que se creó en sus paredes. Esas fueron las dos preguntas esenciales a las que debía responder los seis miembros del jurado que siguió las deliberaciones.
El juicio concluyó el pasado mes de noviembre en el barrio de Brooklyn. Duró tres semanas. Los 21 artistas que participaron en la demanda basaron su acción en una legislación, la Ley de Derechos de los Artistas Visuales de 1990, que permite prevenir la destrucción intencionada o negligente de cualquier trabajo de amplio reconocimiento público. Los paneles pintados con aerosoles podían verse perfectamente al llegar a la estación elevada de la línea 7 de metro, en Davis Street, con Manhattan al fondo.
El nombre 5Pointz hacía referencia a los cinco barrios de Nueva York uniéndose en un único lugar. Wolkoff dio acceso a los artistas a su propiedad en 1993. El lugar se convirtió desde entonces en un imán que atrajo a cientos de artistas del grafiti, que durante semanas podían exponer sus creaciones. Algunos trabajos eran permanentes. Tenían hasta su propio curador, un artista conocido como MearsOne, que ponía orden en esta muestra abierta al cielo. Se calcula que se crearon cerca de 11.000 piezas, que se fueron superponiendo una sobre otra.
Los murales de 5Pointz se convirtieron en una atracción turística y fue utilizado con escenario en películas como “Now You See Me”. Hasta que Wolkoff procedió a cubrir el mural con pintura blanca en 2013. Era solo el primer paso de un destino fatal. El edificio fue derribado en 2014 para prepara el terreno para la construcción de la torre, que arrancó un año después. El propietario defendió durante el proceso que los artistas sabían que el edificio tenía los días contados.

Técnica, maestría y visión

Los artistas pensaron incluso en comprar el edificio, pero su valor se disparó a más de 200 millones. El barrio de Long Island City lleva años en un intenso proceso de transformación, con bloques residenciales que se alzan abriéndose espacio entre los almacenes. El misterioso artista británico Banksy pidió que el edificio no fuera derribado, para que se pudiera preservar este espacio que en su día fue considerado como la mayor exposición de arte urbano del mundo.
Los artistas nunca firmaron un contrato con el dueño del edificio o un papel por escrito que les vinculara a la propiedad, lo que dificultaba su causa. Pero tras escuchar los detalles presentados por los grafiteros, el jurado se puso del lado de los artistas, al considerar que debían ser compensados por el daño causado a 36 de sus obras. El juez federal Frederic Block no solo confirmó su recomendación, sino que con su sentencia amplió a 45 el número de obras que se merecían haber sido protegidas sobre la base de la legislación vigente.
Block consideró que la colección artística que se exponía en las paredes era de gran calidad y destacó la técnica, la maestría y la visión utilizada por sus creadores, “que merecía haber sido expuesta en museos de renombre”. También indicó al argumentar su decisión que las paredes de 5Pointz fueron pintadas por artistas llegados de Londres, por ejemplo, y que otras tablas fueron productos de prestigiosas escuelas de arte. “Muchos hablan de problemas sociales de nuestro tiempo”, añadió.

Legado

Eric Baum, el abogado de los artistas, insiste en que 5Pointz era un lugar para exponer arte y el edificio ofrecía una estructura importante para ello. Por eso considera que el veredicto final representa una importante victoria para los maestros del aerosol en todo Estados Unidos. “El mensaje es muy claro”, insiste, “el arte protegido por la legislación federal debe ser cuidado y no destruido”. El espíritu de 5Pointz, concluye, “seguirá así vivo durante generaciones".
El juez Block citó, además, que el crimen se redujo en el barrio gracias a esta colección. También reconoció, en todo caso, que no habría impuesto una compensación tan elevada si el dueño del edificio hubiera esperado al menos 10 meses a realizar la demolición, para que pudieran haber salvado algunas pinturas, en lugar de proceder cubrir de blanco las paredes en cuanto tuvo el permiso del consejo municipal que autorizada el derribo. Wolkoff tiene intención de recurrir la sentencia.

lunes, 12 de febrero de 2018

Bajo techo: qué hacer en Nueva York cuando hace mucho frío


Bajo techo: qué hacer en Nueva York cuando hace mucho frío

Se dice que Nueva YorkEstados Unidos, lo tiene todo y eso incluye, a veces, el mal tiempo. Pero cuidarse de la nieve y el frío polar no quiere decir que haya que quedarse encerrado en el hotel.
Se puede ir de compras, visitar museos y hacer muchas otras actividades. Como destaca la oficina de turismo neoyorquina (www.nycgo.com) las propuestas culturales y de recreación siempre están abiertas, sea verano o invierno.
Bajo techo: qué hacer en Nueva York cuando hace mucho frío
Una postal del Central Park en invierno (AFP PHOTO / TIMOTHY A. CLARY)
Esto sin contar la gastronomía local, sabiendo que la lista de restaurantes es bien diversa (www.nycgo.com/articles/best-new-nyc-restaurants)
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La ciudad tiene algunos de los mejores museos del mundo. Horarios y programación pueden consultarse en el sitio web de la guía oficial neoyorquina, o en la web de cada uno de los museos, según la fecha en que esté pensando viajar (www.nycgo.com/things-to-do/museums-galleries)
Metropolitan Museum of Art. Un lugar para descubrir dos millones de obras de arte, algunas de hasta cinco mil años de antigüedad. Hay desde templos egipcios y griegos hasta pintura americana de comienzos del siglo XX. La entrada cuesta 25 dólares y el museo abre todos los días. El horario de domingo a jueves es de 10 a 17.30, los viernes y sábados es de 10 a 21 (www.metmuseum.org)
Bajo techo: qué hacer en Nueva York cuando hace mucho frío
Visitantes en el Metropolitan Museum of Art (AP Photo/Mary Altaffer)
American Museum of Natural History. Este es su museo si le apasionan los dinosaurios, el vuelo de las aves, el clima, la astronomía, los avances de la ciencia. La entrada que, incluye todas las exhibiciones (o sea, las colecciones permanentes y las exposiciones especiales) cuesta 33 dólares. Está abierto todos los días de 10 a 17.45 (www.amnh.org).
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Whitney Museum of American Art. Fundado en la década de 1930 por la rica mecenas Gertrude Vanderbildt Whitney, este museo reúne más de 25.000 obras de 3.000 artistas estadounidenses de los últimos cien años. En 2015 el museo inauguró su nueva sede, un moderno edificio diseñado por Renzo Piano como culminación del paseo público High Line, cerca del río Hudson. Tiene más de siete pisos dedicados a maestros como Edward Hopper, Jasper Johns y Cindy Sherman. La entrada cuesta 25 dólares y el museo cierra los martes. Está abierto de domingo a jueves de 10.30 a 18. Y los viernes y sábados, de 10.30 a 22 horas (www.whitney.org)
Bajo techo: qué hacer en Nueva York cuando hace mucho frío
Exhibiciones en el Museum of Modern Art (MoMa) en Nueva York. AFP PHOTO/Emmanuel Dunand.
Museum of Modern Art. Fundado en 1929 por millonarios como John Rockefeller y Conger Goodyear, este museo es uno de los más populares de la ciudad. Entre sus 200.000 pinturas, esculturas y fotografías de más de 90.000 artistas, no faltan obras célebres de Picasso y Dalí. El museo funciona todos los días de la semana, en el horario de 10.30 a 17.30. La entrada cuesta 25 dólares. Además de la clásica sede ubicada en la calle 53, hay una nueva sede del MoMA en el distrito de Queens, es el MoMA PS1 (www.moma.org).
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Tiendas famosos. Algunas de las más famosas tiendas también están en Nueva York, son confortables, bien calefaccionadas y allí se puede ver de todo un poco. Además de los negocios situados en la zona de Columbus Circle (www.theshopsatcolumbuscircle.com) siempre están vigentes las clásicas tiendas organizadas por secciones o por departamentos: Bergdorf Goodman (www.bergdorfgoodman.com); Bloomingdale's, que tiene locales en distintos puntos de la ciudad (locations.bloomingdales.com); Macy's Herald Square(l.macys.com/new-york-ny).
Biblioteca Pública de Nueva York. Con su estilo arquitectónico de la Belle Epoque, los famosos leones de mármol que custodian la entrada y el parque público Bryant Park a sus espaldas, la Biblioteca Pública de Nueva York (www.nypl.org) merece una visita. El monumental edificio inaugurado en 1911 fue restaurado hace pocos años y atesora 50 millones de libros, manuscritos y grabaciones. Fue el hogar de escritores como Norman Mailer y John Updike. La entrada es libre, abre todos los días y el horario es normalmente de 10 a 18. Hay visitas guiadas, un salón para niños y una moderna librería. La institución es también célebre por sus exposiciones de mapas y libros antiguos, entre otros temas.
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Libros, cine y televisión no convencional. Si le apasiona el mundo de la televisión, la radio, Internet y las tecnologías digitales, debería darse una vuelta por el Paley Center. Es un centro cultural con varios atractivos. Por caso, una biblioteca pública de medios con 160.000 shows televisivos, avisos publicitarios y filmes de distintas épocas. Por ejemplo, están los episodios de "Yo quiero a Lucy", "Los Muppets" o los programas de radio que hacía Orson Welles. La entrada cuesta 10 dólares por persona. El horario es de miércoles a domingos de 12 a 18.(media.paleycenter.org).

sábado, 10 de febrero de 2018

Pasajeros en NYC quieren que la Ciudad financie reparaciones del Subway


Pasajeros en NYC quieren que la Ciudad financie reparaciones del Subway
La primera fase de los trabajos en el Subway incluye la reparación de 1,300 señales

Un nuevo sondeo a los usuarios del Subway de Nueva York realizado por la Conferencia Independiente Democrática (IDC) señala que la mayoría de los ciudadanos cree que la Ciudad debería pagar $428 millones de dólares para  financiar las reparaciones  correspondientes a la Fase 1 del Plan de Acción de ese sistema de transporte.
El 75% de los pasajeros que se transportan en los trenes que opera la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) considera que las autoridades municipales deben invertir en el proceso, y el 69%dijo que no se oponía a utilizar los impuestos de la ciudad para cubrir el coste, según los resultados de la encuesta.
El senador Jeff Klein (D-Bronx/Westchester) presentó la legislación para dirigir $428 millones de dólares de impuestos de NYC al plan. Por su parte, el Estado de Nueva York también se comprometió a colaborar con la misma cantidad.
“Los pasajeros de NYC sufrieron suficientes demoras y no podemos retrasarnos más en la financiación de este proyecto. Esta financiación compartida, le proporciona los fondos que la MTA necesita urgentemente para reparar señales y vías rotas. El Estado ya ha cumplido, y la Ciudad, cuyos residentes usan el sistema diariamente, también debe colaborar en la responsabilidad de mantenerlo. Si los pasajeros de NYC piensan que el ‘verano del infierno’ fue malo, tendremos todas las estaciones del infierno si no tomamos medidas urgentes”, dijo Klein.
La ciudad de Nueva York recauda más de $7 billones de dólares anuales en impuestos a través de adquisiciones como la comida preparada, la ropa con costo mayor a los $110 dólares, espacios de estacionamiento, la electrónica y servicios de belleza, entre otros. Además, la Ciudad finalizó el pasado año fiscal con un superávit de $4 billones de dólares.
Senadores como José Peralta (D-Queens), Jesse Hamilton (D-Brooklyn), Marisol Alcántara (D-Manhattan) y Diane Savino (D-Staten Island/Brooklyn) respaldan la medida.
“Este reporte enfatiza en el hecho que las soluciones de sentido común para atender las fallas de nuestro sistema de trenes tiene amplio respaldo público. El mantenimiento, confiabilidad, seguridad y otras iniciativas clave de la Fase 1 requieren que el Estado y la Ciudad trabajen en conjunto. Los millones de pasajeros del Subway que dependen de este pilar de transporte masivo cuentan con nosotros”, argumentó.
Tony Utano, presidente de TWU Local 100, tambi én mostró su apoyo al plan.
La primera fase de los procedimientos para mejorar la infraestructura del sistema incluye la reparación de 1,300 señales. El proyecto se enfocará en trabajos de reforzamiento de soldadura. Gran parte de la inversión será destinada al pago a empleados y equipos de respuesta de emergencia para las reparaciones.

Dominicanos en alerta por epidemia del flu en Nueva York


Dominicanos en alerta por epidemia del flu en Nueva York
Más de 5 mil neoyorquinos han sido hospitalizados tras complicaciones por el peligroso virus de la gripe
Aunque el tráfico aéreo entre Nueva York y República Dominicana es muy activo, las autoridades de la isla no han adoptado ninguna medida en el aeropuerto Internacional de Santo Domingo para prevenir la entrada al país del virus gripal de la influenza, que afecta a miles de ciudadanos y ya ha dejado tres niños muertos en NYC.
Según el Departamento de Salud local, en todo el estado se han reportado casi 8 mil casos de influenza y más de 5 mil neoyorquinos han tenido que ser hospitalizados por complicaciones por el virus de la gripe.
“Esta temporada de influenza está lejos de terminar, y todavía no es muy tarde para ponerse la vacuna del flu”, afirmó Julien Martínez, vocero de esa agencia.
Las noticias han encendido las alarmas en el Caribe, pues cientos de pasajeros arriban diariamente a la capital dominicana procedentes de Nueva York.
El director de los servicios de Salud Pública en el aeropuerto de Las Américas, doctor Rafael Tejada, afirmó que aún no ha recibido ninguna notificación oficial sobre las medidas preventivas  que se aplicarían, según Listín Diario.
“Esperamos que en las próximas horas comencemos a tomar los controles pertinentes para evitar que ese virus pueda  penetrar  y prolongarse en el país”, afirmó.
La influenza es una infección respiratoria muy contagiosa que puede causar fiebre, fatiga, vómitos, tos, congestión nasal, dolores de garganta, cabeza y músculos, y otros problemas graves de salud, y hasta la muerte.
Los adultos mayores de 65 años, los niños, las  embarazadas y quienes padecen enfermedades crónicas son las personas más vulnerables al virus.

jueves, 1 de febrero de 2018

Nueva York de película

En la lista de las películas más célebres filmadas en Nueva York están: Desayuno en Tiffany's, basada en la novela de Truman Capote, dirigida por Black Edwards en 1961 y protagonizada por Audrey Hepburn, George Peppard y Mikey Rooney. La famosa joyería situada en la esquina de la quinta avenida con la calle 57



Caracas.-Nueva York es una ciudad única en el mundo que no deja de sorprendernos cada vez que volvemos. Yo creo que si el mundo tuviera una sola capital, esta sería Nueva York. Es que en esta metrópolis están representadas todas las civilizaciones de la tierra, en una forma suave y natural. No conseguirá un chofer de taxi norteamericano en ningún carro de la ciudad, y comerá los platos más variados y exóticos del mundo en los cientos de restaurantes que hay en cada avenida.
En el área de Nueva York vivían indios de la familia algonquina cuando fue explorada por el italiano Giovanni Da Verrazano en el año 1524. Pero fue Henry Hudson quien llegó más allá, remontando el río que ahora lleva su nombre, por encargo de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales en 1609.
Dicen que el holandés Peter Minuit compró la isla a los indios lepane, a cambio de objetos valorados en US$24, pero no es verdad. Lo que sí es cierto es que para el año 1630 habían 270 colonos holandeses en la actual isla de Manhattan, que ellos llamaban New Amsterdam. Ese territorio fue invadido por los ingleses en 1664, rebautizándolo con el nombre de Nueva York.
Hoy Nueva York es la ciudad donde se filman más películas y series televisivas en todo el mundo, y por eso la industria del entretenimiento es una fuente de ingresos y de empleo importantísima de esa economía.
En la lista de las películas más célebres filmadas en Nueva York están: Desayuno en Tiffany's, basada en la novela de Truman Capote, dirigida por Black Edwards en 1961 y protagonizada por Audrey Hepburn, George Peppard y Mikey Rooney. La famosa joyería situada en la esquina de la quinta avenida con la calle 57, inicia la trama que se desarrolla entre fiestas y romances de la época. 
Sex and the City comenzó como una serie de televisión para HBO, pero fue a la pantalla grande en el año 2008. Sarah Jessica Parker personificaba a Carrie Bradshaw, quien pasaba su vida entre el romance y la camaradería con sus tres amigas, en una casa ubicada en el número 66 de Perry Street, donde los fanáticos de la serie acuden a diario para tomar fotos.
Marilyn Monroe estaba en su mejor momento cuando filmó The seven year itch, o La comenzón de séptimo año, cuyos exteriores se realizaron en el 164 Este de la calle 61, entre Lexington y la tercera avenida. La escena mítica de la falda levantada por el viento que salía del metro, fue filmada en la avenida Lexington. 
Los fantasmas del filme Ghostbusters hacían sus travesuras en unos estudios, pero las tomas exteriores se hicieron en una estación de bomberos de Tribeca, en la Avenida de las Américas, que se puede visitar perfectamente. 
Harry y Sally, protagonizada por Meg Ryan y Billy Crystal, se desarrolla toda en Nueva York. La escena que todo el mundo recuerda ocurre en un deli llamado Katz's, ubicado en el 205 de Houston Street en la parte este del "Lower Manhattan". Si quiere sentarse en la misma mesa que los protagonistas del filme, evite las horas de almuerzo o cena. 
La película Ghost obtuvo 5 nominaciones y ganó dos Oscars en 1990, porque Patrick Swayze, Demi Moore y Whoopi Goldberg actuaron maravillosamente. El apartamento donde vivían los enamorados queda en un edificio precioso ubicado en el 102 de Prince Street.
Sleepless in Seattle, donde actúan Tom Hanks y Meg Ryan, sucede entre el famoso hotel Plaza de la quinta avenida con Central Park South, en el Empire State de la quinta avenida con calle 34, y en el restaurante Rainbow Room del Rockefeller Center, en la quinta avenida entre las calles 49 y 50.
Títulos como Alfie, El Padrino, West Side Story, Manhattan y Annie Hall de Woody Allen, Splash, Sueños de amor con Jennifer López, An Affair to Remember con Cary Grant, Otoño en Nueva York con Richard Gere y Winona Ryder, Love Story con Ryan O'Neal y Ali MacGraw, La propuesta de Sandra Bullock, Ocean's 8 y muchos más, forman una lista impresionante de películas filmadas en lugares muy interesantes de Nueva York que usted puede visitar.
A Nueva York la escogen como escenario de todos esos filmes porque respira mundo, lo hace sentir en otra vida, le inyecta vitalidad. Es que sin duda alguna ésta es una de las ciudades más movidas de la tierra, por eso hay que recorrerla cada vez que podamos. No deje de hacerlo apenas tenga una oportunidad. 
CóMO LLEGAR:
American Airlines, teléfono: (0212)209.81.11, www.aa.com, ofrece vuelos vía Miami, hasta el aeropuerto Kennedy o La Guardia. 
DóNDE ALOJARSE:
Hay tantos hoteles buenos en Nueva York, que es muy difícil decidirse. Hoy les voy a recomendar uno de lujo; The Kitano, teléfono: (212) 885.70.00, www.thekitano.com, con ambiente oriental y tranquilo en plena Park Avenue. 
Si prefiere mejor ubicación, el Algonquin, teléfono: (212) 840.68.00, www.algonquinhotel.com,  es una buena alternativa.  Queda en la calle 44, entre la quinta y sexta avenida, y es un clásico de 1902.
BUENAS MESAS: 
Le recomiendo con los ojos cerrados el Gramercy Tavern, teléfono: (212) 477.07.77, donde cuesta conseguir mesa, pero vale la pena mil veces. Las mejillas de ternera a la brasa o el conejo a la brasa sobre chalotes, son sencillamente insuperables.
El mejor brunch lo va a probar en Norma's, teléfono: (212) 708.74.60 ubicado en la planta baja del Park Meridien Hotel de la calle 57.
Pero si le gustan las cartas extensas, el Craft, teléfono: (212) 780.08.80, www.craftrestaurant.com, es su sitio. La comida se divide según el modo de cocción. Todo es fresco y puede componer su menú, así que disfrutará cambiando  los platos que ofrece la carta.  
 
NO OLVIDE:
Navegar por la página www.onthesetofnewyork.com, para conocer más locaciones de filmes en la ciudad. Ir a Coney Island, para que sienta las horas bien aprovechadas y bellas como las de la infancia. Tomar un bote en el Chelsea Pier y pasear por el río Hudson. Visitar el "Strawberry Fields" en Central Park, que es el jardín que Yoko Ono dedicó a la memoria de John Lennon.

Polémica en el Museo de Historia Natural de Nueva York al negar una responsable el cambio climático

Robert Mercer está considerado una fuerza mayor en la presidencia de Donald Trump. Y como todas las grandes fortunas, tiene una fundación familiar en su caso utiliza para financiar causas políticas que sirvieron para allanar el camino para que el empresario neoyorquino llegara a la Casa Blanca. La dirige su hija Rebekah. Parte de su fortuna se dirige, en concreto, hacia grupos sin ánimo de lucro que cuestionan el cambio climático.
El nombre de los Mercer también está asociado Museo Americano de Historial Natural de Nueva York, donde Rebekah ocupa desde 2013 un asiento en el consejo de la prestigiosa institución gracias a sus generosas aportaciones. Esta contradicción directa entre los intereses políticos de la familia y la misión educativa del museo provocó que 28 de sus conservadores se lanzaran a la calle para pedir su dimisión.
Michael Novacek, vicepresidente del museo, cree que la presencia de Rebekah Mercer plantea un problema mayor en el esfuerzo de educar al público sobre la ciencia que hay detrás del cambio climático, tanto la pasada como la futura. La protesta cuenta con el respaldo de más de 250 científicos que acaban de publicar una carta abierta en la que dicen que el museo es un tesoro que hay que proteger.
“La fundación Mercer destinó decenas de millones a una lista de organizaciones que atacan la ciencia del clima y las soluciones políticas”, señalan, citando los trabajos del Heartland Institute, del Cato Institute, del Oregon Institute of Science o la Heritage Foundation. También recuerdan que la hija del financiero formó parte del equipo que preparó la transición de Donald Trump y que propuso a figuras que niegan el cambio climático para su equipo de gobierno.
Mucho antes de que el republicano se planteara la carrera presidencial, la familia apoyaba las labores de activistas ultraconservadores como Steve Bannon y el portal Breitbart News. De hecho, la batalla de la comunidad científica contra Rebekah Mercer comenzó dos años después de que llegar al consejo de fideicomisarios. Consideraron que su aportación mina la confianza del público hacia la institución.

Tres años de batalla

Aquella primera carta de denuncia, que también iba dirigida a la petrolera Exxon Mobil y al magnate David Koch, otro de los grandes donantes a causas ultraconservadoras, sigue siendo válida según los firmantes. “La prominencia de los Mercer como donantes y como miembros del consejo", dicen, puede crear escepticismo hacia la responsabilidad de la institución de transmitir el conocimiento científico.
La carta abierta distribuida a través del Museo de Historial Natural de Brooklyn va acompañada por una petición de firmas en la que se reclama que el museo rompa lazos con los negacionistas del cambio climático y para que se eche específicamente a los Mercer del consejo. “El activo más importante para cualquier institución de este tipo es la credibilidad”, insisten los organizadores de la protesta.
David Koch dejó el consejo del museo cuando no se había cumplido un año de la primera carta. La institución dijo entonces que su renuncia no estaba vinculada a esta movilización y como entonces insiste en que las decisiones que se adoptan respecto a sus fideicomisarios no están vinculadas a sus puntos de vista políticos. También asegura que los donantes no participan en las decisiones de las muestras.
El papel de los Mercer en el Museo Americano de Historial Natural fue objeto de un intenso debate en Nueva York durante la campaña a las presidenciales. La prensa realizó diversas investigaciones en la que trazaba vínculos entre los grandes donantes conservadores con las organizaciones culturales de la ciudad, como el Museo de Arte Metropolitano, que tiene una fuente dedicada a David Koch.