New York Ultimate: El Museo Morgan, una joya oculta en Nueva York

jueves, 6 de octubre de 2016

El Museo Morgan, una joya oculta en Nueva York

Rarezas neoyorquinas
Un paseo por la mansión del banquero J.P. Morgan, quien reunió una colección de arte y libros antiguos que incluye Biblias de Gutenberg y obras de Durero y Da Vinci.

the Morgan museum (Facebook)

La leyenda dice que Belle da Costa Greene, directora de la biblioteca creada por el millonario John Pierpont Morgan (1837-1913) hace más de un siglo, juraba: “Salvo las tablas de la ley con los Diez Mandamientos, todo lo demás está guardado aquí”. Por caso, la primera edición de las obras teatrales de William Shakespeare –el célebre first folio de 1623– pero también tres biblias de Gutenberg y dibujos firmados por Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, Durero, Rembrandt, Degas y Matisse.
The Morgan Museum (Facebook).
The Morgan Museum (Facebook).
En los últimos veinte años de su vida, Morgan gastó 60 millones –dólares de 1901 que hoy equivaldrían a más de 900 millones– en las compras de antigüedades. Así, el Museo Morgan de Nueva Yorkreunió la mayor colección de manuscritos medievales y renacentistas fuera de Europa, entre otras rarezas.
Se sabe, Morgan fue en su tiempo el banquero más influyente deEstados Unidos, símbolo de una élite donde brillaban magnates como Henry Clay Frick en el acero, John D. Rockefeller en el petróleo y la familia Vanderbilt en los ferrocarriles.
Entre 1890 y 1913 Morgan creó gigantescas empresas, por caso, en 1901 le compró su parte a Andrew Carnegie y lanzó la U.S. Steel Corporation –incluía acerías, minas de carbón, ferrocarriles– que controlaba la mitad de la producción de acero del país.
Como se verá, muchas cosas pasaron en lo que fue la mansión del famoso banquero. Su hijo, J.P. Morgan Jr., respetó los deseos del padre y donó la casa y su colección a la ciudad de Nueva York en 1924. Desde entonces The Morgan Library & Museum –así se llama la institución– convoca alos turistas en 225 Madison Avenue, en el cruce con la calle 36, en Manhattan, cerca de la estación de trenes Grand Central.
Detalles decorativos increíbles en el museo neoyorquino (Facebook).
Detalles decorativos increíbles en el museo neoyorquino (Facebook).
Los gustos de Morgan eran enciclopédicos y por eso en 1902 le encargó al arquitecto Charles Follen McKim “un pequeño museo” para guardar su colección.
El edificio neoclásico de la biblioteca original –terminada en 1906– se hizo con bloques de piedra y mármol tallados, como un monumento de la Grecia clásica, con leones en la puerta –sobre la calle 36– y frisos decorativos en las paredes.
Desde entonces se agregaron otros edificios en la misma manzana. Y en 2006 el arquitecto italiano Renzo Piano unió todo con una expansión que incluye la nueva entrada sobre Madison Avenue, una sala de conciertos, más espacio para exposiciones, sala de lectura, la tienda de recuerdos del museo y dos modernos restaurantes.
Las biblias de Gutenberg, en la biblioteca del Museo Morgan  (AP Photo/Mary Altaffer)
Las biblias de Gutenberg, en la biblioteca del Museo Morgan (AP Photo/Mary Altaffer)
El palacio diseñado por McKim fue restaurado en 2010, hoy es patrimonio nacional de los Estados Unidos y sigue siendo el alma del museo. Allí está el estudio de Morgan, su biblioteca y la oficina del bibliotecario, unidas por un vestíbulo –The Rotunda, en inglés– donde sobresalen los raros mármoles de las columnas y pisos. Tiene murales inspirados en las pinturas renacentistas de Rafael Sanzio.
No faltan anécdotas sobre Morgan y sus millones, pero una se destaca entre todas. Ocurrió en 1907 en esta misma mansión que hoy visitan los turistas. Para conjurar un pánico financiero en WallStreet, Morgan se reunió aquí con los banqueros clave. Se dice que los encerró en su biblioteca para obligarlos a acordar un plan de rescate. Y con su fortuna, Morgan se ofreció como prestamista de última instancia del país. Así evitó una quiebra bancaria en cadena.
El Museo Morgan (afp photo_stan honda)
El Museo Morgan (afp photo_stan honda)
Después, muchos lo saludaron como un héroe nacional. Pero algunos legisladores en Washington, alarmados por semejante demostración de poder, decidieron que era necesario crear un Banco Central, o sea, lo que hoy es la Reserva Federal de Estados Unidos.
Bellezas al alcance de todos
En su época se decía que el estudio de Morgan, actual West Room, era la habitación más hermosa del país. Las paredes tapizadas en seda roja damasquinada replican la decoración del Palazzo Chigi en Roma: Agostino Chigi era un banquero y mecenas del Renacimiento italiano, con quien Morgan se identificaba.
En el West Room está su escritorio, el hogar con chimenea, algunas de las pinturas, bronces y cerámicas favoritas del millonario. Es el caso del “Retrato de un hombre con una rosa”, del pintor flamenco Hans Memling. Entre las exposiciones permanentes y las itinerantes –invitadas al museo– en estos días se exhibe otra gran obra de Memling, el “Tríptico de Jan Crabbe” pintado hacia 1470 con escenas de la crucifixión de Cristo.
the Morgan museum (Facebook)
the Morgan museum (Facebook)
La biblioteca de Morgan, que hoy es el East Room, impresiona a todos con sus tres pisos de imponentes estanterías de madera de nogal llenas de libros raros. Asombran los murales pintados en el techo por Henry Siddons Mowbray.
Morgan tenía sentido del humor, lo atestigua un tapiz flamenco hecho en Bruselas en el siglo XVI, es “El triunfo de la avaricia”, parte de una serie dedicada a los pecados capitales creada por Pieter van Aelst, un familiar de Brueghel.
Entre los innumerables documentos célebres, se ve la defensa de Galileo Galilei contra las acusaciones de herejía. Siempre hay una biblia de Gutenberg a la vista. Están las correcciones de Balzac en su manuscrito de “Eugenia Grandet”. Y la partitura original de la sinfonía “Haffner” de Mozart con sus anotaciones. También hay cartas de Lincon y Jefferson, manuscritos religiosos iluminados de la época de Carlomagno, papiros egipcios, griegos y romanos. Pero también hay textos de obras modernas, como los originales de “Cabezahueca Wilson” de Mark Twain y “Viajes con Charly” de Steinbeck.
La fachada del museo Morgan (Facebook).
La fachada del museo Morgan (Facebook).
Lo que hoy es el North Room fue la oficina de la bibliotecaria Belle da Costa Greene, allí se ven estatuas egipcias, griegas y romanas, tabletas de escritura oriental, arte medieval, encuadernaciones enjoyadas. Antiguas lámparas iluminan varios objetos fascinantes, como esa imagen en miniatura tallada en un sello metálico –hecho en Babilonia, mil años antes de la era cristiana– donde un león y un héroe alado se disputan un toro. Este sello es sólo uno de los muchos tesoros que hoy están a la vista.

MINIGUÍA
Cómo llegar.  Aerolíneas Argentinas vuela directo de Buenos Aires a Nueva York (11 hs.); ida y vuelta con impuestos, desde $ 14.769 (www.aerolineas.com.ar).
Dónde alojarse.  Habitación doble en el hotel Paramount Times Square, US$ 253. En el hotel Cambria Times Square, US$ 327.
Cuánto cuesta. Entrada al museo, US$ 20; estudiantes, US$ 13; menores de 12 años, gratis.
Dónde informarse
www.themorgan.org
www.nycgo.com

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